¡Hola, lazarillos y lazarillas! Hace meses que acab茅 esta lectura de Epicuro y ten铆a ganas de hacer una rese帽a de ella, pero no he podido hasta ahora por falta de tiempo durante el curso. As铆 que ¡aqu铆 va!
INTRODUCCI脫N A LA FILOSOF脥A EPIC脷REA
La informaci贸n de este apartado ha sido extra铆da enteramente del libro Filosof铆a para la felicidad (2013), de Errata naturae editores.
SOBRE EPICURO
Pr贸logo de Carlos Garc铆a Gual
Epicuro (341-270 a. C.) pas贸 en la isla de Samos su ni帽ez y adolescencia. Su padre, Neocl茅s, se ganaba la vida como maestro de escuela, una profesi贸n con connotaciones sociales bajas en aquella 茅poca.
A los 18 a帽os Epicuro tuvo que marchar a Atenas para prestar servicio militar como efebo durante dos a帽os. 15 a帽os m谩s tarde, tras vivir experiencias viajeras, volvi贸 a Atenas a sus 35 a帽os para establecerse all铆 definitivamente y fund贸 una escuela que se llamar谩 el "Jard铆n".
EL "JARD脥N" DE EPICURO
Pr贸logos de Emilio Lled贸 y Carlos Garc铆a Gual
Tras su llegada a Atenas en el a帽o 306, Epicuro compr贸 una casa con un peque帽o jard铆n que se convirti贸 en una escuela de sabidur铆a.
El llamado "Jard铆n" de Epicuro era muy distinto a la Academia plat贸nica y al Liceo de Arist贸teles. Epicuro revolucion贸 la forma y el sentido de sus ense帽anzas, incluso en la variedad de sus oyentes: mujeres, esclavos, ni帽os y ancianos acud铆an al Jard铆n a escuchar al maestro y a dialogar con 茅l. Estos encuentros trataban de describir en qu茅 consist铆a la felicidad para cada uno.
Este grupo de personas, retiradas a un c铆rculo privado, con sus propias reglas 茅ticas y su concepci贸n del mundo, debi贸 escandalizar a quienes consideraban el Jard铆n como un lugar de placer asociado a org铆as y bajezas morales.
Para Epicuro, estos a帽os de retiro fueron de gran austeridad y actividad intelectual. El Jard铆n, lugar de paz en un mundo agitado por revueltas, recib铆a las visitas de amigos y admiradores. Envuelto en peque帽os placeres y en el recuerdo de momentos felices del pasado, Epicuro practicaba un hedonismo tan escueto que casi rozaba una asc茅tica. Esta forma de vivir recuerda a la antigua m谩xima de que la sabidur铆a consiste en la moderaci贸n y el conocimiento de los l铆mites.
EL EPICURE脥SMO
Pr贸logo de Emilio Lled贸 y Pierre Hadot
Formas de vivir parece que fueron las propuestas de los fil贸sofos del helenismo, de las escuelas epic煤reas, estoicas y esc茅pticas del siglo IV a. C.
Seg煤n Epicuro, las grandes teor铆as de sus predecesores (especialmente de Plat贸n y Arist贸teles) hab铆an olvidado un principio esencial de toda felicidad y sabidur铆a: el cuerpo humano y la mente que lo habita. La mente debe estar libre de los temores que hab铆an generado en ella la religi贸n, la paideia (educaci贸n) y toda clase de ideolog铆as y fanatismos. La educaci贸n "condicionada" es enemiga de la autarqu铆a (libertad de poder pensar por uno mismo).
Una mente atemorizada es una mente infeliz. La infelicidad, los temores y la angustia son principios destructores de la vida, de la alegr铆a que debe inundar la existencia.
As铆 pues, Epicuro desarrolla una filosof铆a del "m谩s ac谩". Un pensamiento que no tenga en cuenta nuestra d茅bil pero imprescindible estructura carnal (en definitiva, nuestro cuerpo) est谩 condenado a perderse en "vanas fantas铆as". Siglos despu茅s, Nietzsche afirmar铆a: "Hermano, permanece fiel a la tierra". Lo primero es aceptar nuestra condici贸n carnal como punto de partida para la convivencia con otros cuerpos, cada uno de los cuales tiene una historia de su lucha por existir.
La defensa del placer de Epicuro es consecuencia del revolucionario descubrimiento del cuerpo y de su bien. El placer y el dolor nos son inherentes, son los dos grandes mensajeros de la naturaleza y de continuo nos avisan de lo que nos conviene.
Por ello, la filosof铆a de Epicuro se sustenta en el reconocimiento de la "sensaci贸n" como criterio fundamental de la vida. En una sensaci贸n como principio de energ铆a creadora que llena nuestra mente de memoria e inteligencia conect谩ndonos con el mundo y enriqueciendo nuestra experiencia a partir de 茅l. Por tanto, el mundo m谩s all谩 de los sentidos es, como pensaba tambi茅n Dem贸crito, un juego incesante de 谩tomos invisibles regidos por la necesidad y el azar.
Por consiguiente, hay que combatir el temor al dolor y a la muerte ayud谩ndonos de la inteligencia y serenidad frente a las realidades que nos quitan la alegr铆a de vivir. La filosof铆a epic煤rea es tal vez el puro placer de la existencia.
Para Epicuro, el filosofar se define como la b煤squeda de un remedio contra la confusi贸n de la 茅poca, el temor y la servidumbre. La filosof铆a es definida como "medicina del alma", as铆 el filosofo se convierte en un "cuidador" del alma. Ante los temores, el sabio busca la imperturbabilidad del alma (ataraxia); frente a la servidumbre, busca la capacidad de gobernarse a s铆 mismo, la libertad de su mente en su retiro interior.
Seg煤n Emilio Lled贸, la lectura de los textos de Epicuro nos devuelve el optimismo que brota de una inteligente mirada sobre la oculta felicidad. La eudemon铆a (felicidad) no consistir谩 en "tener m谩s", sino en "ser m谩s". Para ello, Epicuro nos descubri贸 al gran ausente de esa reflexi贸n sobre la vida feliz: el cuerpo, junto con la templanza y la amistad.
En palabras de Pierre Hadot, la filosof铆a epic煤rea no equivale a un hedonismo ego铆sta, ya que Epicuro les concede un relevante papel a la amistad y a la constituci贸n de comunidades cuyos miembros han de ayudarse mutuamente en lo espiritual y material. Sin embargo, el pensamiento de Epicuro sobre la felicidad y el placer fue condenado por la historia a un lamentable ocultamiento.
脡TICA EPICUREA
La felicidad reside en el placer, no el bien moral. El sufrimiento del ser humano procede de temores injustificados y deseos insatisfechos.
Por ello, la 茅tica epic煤rea pretende liberarnos del temor a los dioses, que no influyen en la marcha del mundo ni se preocupan por los asuntos humanos, del miedo a la muerte y de la insaciabilidad del deseo diferenciando entre deseos naturales y necesarios (como comer y beber), deseos naturales y no necesarios (como el amor) y deseos que no son ni naturales ni necesarios (como las coronas y estatuas).
PRINCIPIOS EPIC脷REOS DERIVADOS DE LA LECTURA
En este apartado me he centrado en los principios epic煤reos que he extra铆do yo misma de las fuentes primarias de Epicuro: Carta a Meneceo, Acerca del sabio, fragmentos y testimonios, m谩ximas capitales y exhortaciones. Estas m谩ximas las he agrupado en diversas tem谩ticas que recorren sus textos: la filosof铆a, la religi贸n, la muerte, el placer y la felicidad, la amistad y la sabidur铆a.
Sobre la filosof铆a
- La filosof铆a es una actividad que, con discurso y razonamientos, procura la vida feliz.
- Nadie por ser joven dude en filosofar o por ser viejo se canse de ello. Nadie es joven o viejo para la salud de su alma.
- Vana es la filosof铆a si no suprime las enfermedades del alma, al igual que in煤til es la medicina si no elimina las enfermedades del cuerpo.
- Filosofar proporciona la verdadera libertad.
- En la filosof铆a, el placer coincide con el conocer. Gozar y aprender se dan conjuntamente (dulce et utile).
Sobre la religi贸n
- Las divinidades son incorruptibles y felices; saciadas de todos los bienes y exentas de todo mal, son indiferentes a los asuntos humanos.
- Si los dioses prestaran o铆dos a las s煤plicas de los hombres, pronto todos perecer铆an porque piden muchos males los unos contra los otros.
- El azar no es un dios, pues nada desordenado hace la divinidad, ni un principio causal indeterminado (cr铆tica al determinismo del estoicismo).
- El azar es incierto; lo que est谩 en nuestra mano no tiene due帽o. Los dioses no dictan nuestro destino. Es absurdo pedir a los dioses lo que cada uno es capaz de procurarse por s铆 mismo.
Sobre la muerte
- El m谩s terrible de los temores, la muerte, nada es para nosotros, porque todo bien y todo mal residen en la sensaci贸n y la muerte es privaci贸n de los sentidos.
- Cuando nosotros somos, la muerte no est谩 presente y cuando la muerte est谩 presente, entonces ya no somos nosotros.
- El sabio ni rechaza la vida ni le teme a la muerte, pues vivir no es para 茅l una carga ni considera el no vivir como un mal.
- Es necio quien teme a la muerte, no porque esta hace sufrir cuando llega, sino porque aflige con su espera.
- Frente a las dem谩s cosas es posible procurarse seguridad, pero frente a la muerte todos estamos desprovistos de protecci贸n.
- Nacemos una sola vez y no podemos vivir eternamente. La vida se consume en una espera y morimos sin haber gozado de la quietud.
Sobre el placer y la felicidad
- Hay deseos naturales y necesarios, otros naturales y no necesarios, otros ni naturales ni necesarios, sino que nacen de la vana opini贸n.
- La vida feliz es la salud del cuerpo y la serenidad del alma (mens sana in corpore sano).
- El placer es el bien primero y natural. Nos basamos en 茅l para elegir o rechazar aquello que nos conviene en nuestra vida, tomando la sensaci贸n (los sentidos) como norma.
- Todo placer es un bien en s铆 mismo, pero no todo placer es elegible; todo dolor es un mal, pero no por ello se ha de evitar siempre.
- Es mejor soportar algunos dolores para gozar de placeres mayores; es mejor renunciar a algunos placeres para evitar dolores mayores.
- Ning煤n placer por s铆 mismo es un mal, pero algunas cosas que producen ciertos placeres acarrean m谩s perturbaciones que gozos.
- El placer es un fin, pero no el placer como disoluto (entrega a los vicios), como creen quienes malinterpretan la doctrina epic煤rea (cr铆tica a los estoicos), sino el placer de no sufrir dolor en el cuerpo ni turbaci贸n en el alma.
- El mayor bien es la prudencia, de la que nacen las dem谩s virtudes, que se eligen por placer.
- No es posible vivir feliz sin vivir sensata, honesta y justamente, ni vivir sensata, honesta y justamente sin vivir placenteramente.
- La pobreza es riqueza; la riqueza sin l铆mites es gran pobreza.
- La felicidad no la proporcionan las riquezas ni los cargos o poderes, sino la ausencia de sufrimiento y el control de nuestras pasiones.
- La autosuficiencia es la mayor de todas las riquezas: es libertad.
- El ser humano es infeliz por el temor y por el deseo ilimitado y vano. Si puedes controlarlos, te procurar谩s una vida feliz y sabia.
- Una actividad desenfrenada conlleva una vida desgraciada.
- Muchos que consiguieron riquezas no encontraron en ellas la liberaci贸n de sus males, sino una perpetuaci贸n de estos.
- El recuerdo de los bienes pasados es muy importante para la vida feliz.
- Quien olvida los bienes gozados en el pasado es ya viejo hoy.
- Los epic煤reos huyen de la pol铆tica como da帽o y destrucci贸n de la vida dichosa.
- No es posible contentar al vulgo.
- Vive oculto (retiro en uno mismo).
Sobre la amistad
- Soportamos los mayores males por los amigos.
- El mayor bien que la sabidur铆a ofrece para felicidad es la amistad.
- Aquellos que han obtenido la m谩xima confianza en sus pr贸jimos han logrado vivir en comunidad del modo m谩s agradable, al tener la m谩s segura fidelidad.
- No necesitamos tanto de la ayuda de nuestros amigos como de la confianza en esa ayuda.
- Hemos de compadecernos con los amigos no con lamentaciones, sino prest谩ndoles ayuda.
- La sabidur铆a es un bien mortal; la amistad, un bien inmortal.
Sobre el sabio
- Es autosuficiente quien presta atenci贸n a la naturaleza y no a las vanas opiniones.
- El encomio de los dem谩s es espont谩neo; puede ser conveniente, pero no necesario.
- Los insensatos no se contentan con lo que tienen, sino que se atormentan por lo que no tienen. Sienten que todo les falta y se precipitan por culpa de sus 谩vidos deseos.
- Poco le ofrece al sabio la fortuna; sus mayores bienes se los ha dado su propio juicio.
- El sabio sabe recibir con serenidad los bienes concedidos por el azar y mantenerse firme frente a los que parecen ser sus males. Aun en medio de la tortura, el sabio es feliz.
- Frente a la necesidad, el sabio sabe m谩s dar que tomar para s铆 porque se basta a s铆 mismo.
- El justo es el m谩s imperturbable; el injusto est谩 repleto de perturbaci贸n.
- Acci贸n y pensamiento deben ser consecuentes.
- El sabio tiene certeza, no duda de todo.
REFERENCIA BIBLIOGR脕FICA:
Epicuro, Pierre Hadot, Carlos Garc铆a Gual y Emilio Lled贸: Filosof铆a para la felicidad. Errata naturae editores, 2013.
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