¡Hola, lazarillos y lazarillas! Comparto esta información sobre los cambios semánticos que he estado recopilando y sintetizando y que sirve para múltiples niveles, así como también para el estudio de las oposiciones para el cuerpo de docentes de Educación Secundaria y Bachillerato en la especialidad de Lengua Castellana y Literatura (tema 13: Relaciones semánticas entre las palabras: hiponimia, sinonimia, polisemia, homonimia y antonimia. Los cambios de sentido).
Se trata de una presentación teórica disponible tanto en castellano como en catalán. La podéis descargar pinchando en la imagen de esta publicación o en el enlace que encontraréis al final de esta entrada.
ÍNDICE
1. El cambio semántico
- Ampliación y restricción del significado
- Alteración del significado
2. Causas del cambio semántico
- Causas lingüísticas
- Causas históricas
- Causas sociales: palabras tabú, eufemismos y disfemismos
- Causas psicológicas: metáfora, metonimia, elipsis y contaminación fonética o etimología popular.
3. Neologismos y préstamos lingüísticos
1. EL CAMBIO SEMÁNTICO
El cambio semántico consiste en la modificación del significado de una palabra. La lengua no es un sistema fijo e inalterable, sino que evoluciona de la misma forma en que lo hacen sus hablantes. Por ello, las palabras pueden cambiar con el paso del tiempo y adquirir nuevos significados o, por contra, perder algunos de los que ya tenían.
Los cambios semánticos más frecuentes son la ampliación, la restricción y la alteración del significado.
AMPLIACIÓN DEL SIGNIFICADO
La ampliación o generalización del significado se produce cuando una palabra que procede de un vocabulario restringido pasa a ser usada con sentido amplio. De este modo, la palabra incorpora un nuevo significado al que ya tenía.
Así, una tragedia ya no es solo un género teatral de la Antigua Grecia, sino cualquier obra dramática donde predomine alguna de las características de aquella, o incluso cualquier suceso lamentable que afecte a personas o sociedades humanas. Algo parecido ocurre con comedia o drama.
Ampliación del significado de arribar: Otro ejemplo es la palabra arribar (propia del léxico marinero), que antiguamente significaba 'llegar (la nave) a puerto', pero después pasa a significar 'llegar por tierra a cualquier parte' o, en un sentido coloquial, 'llegar a conseguir lo que se desea'.
RESTRICCIÓN DEL SIGNIFICADO
La restricción o especialización del significado es el fenómeno contrario a la ampliación o generalización. Se produce cuando una palabra de la lengua común pasa a tener un valor restringido en un léxico especializado. De este modo, se especifica el significado y se intensifica.
Por ejemplo, la palabra apetito en un primer momento significaba 'impulso instintivo que lleva a satisfacer deseos o necesidades', pero después pasa a significar 'gana de comer' o 'deseo sexual'.
ALTERACIÓN DEL SIGNIFICADO
La alteración del significado se produce cuando una palabra deja de utilizarse con el significado que tenía y adquiere otro diferente.
Un ejemplo es la palabra bacteria, préstamo lingüístico del s. XIX (del griego baktérion, que significa 'bastoncito'), denominada así por su forma. El término bacteria significaba en un primer momento 'báculo, bastón, vara o varilla'. Este tecnicismo fue introducido en 1828 (en la forma francesa bactérie, del latín bacterium y este del griego) por el científico alemán Christian Gottfried Ehrenberg.
2. CAUSAS DEL CAMBIO SEMÁNTICO
a) CAUSAS LINGÜÍSTICAS
Este cambio semántico tiene que ver con el contexto en que aparecen las palabras. La modificación del significado se debe a las relaciones existentes entre los vocablos que forman el sistema, esto es, por las asociaciones que las palabras contraen en el habla. El sentido de un término puede ser transferido a otro porque aparecen juntos en muchos contextos. Si dos palabras suelen ir juntas, a menudo una se "contagia" del significado de otra. Por ejemplo: teléfono móvil pasó a ser simplemente un móvil, de manera que esta voz amplió el significado original que tenía.
- En un campo semántico: la pérdida o introducción de una palabra provoca un reajuste del campo semántico. Por ejemplo, la introducción de la voz bolígrafo alteró el campo de "elementos para escribir", ya que si antes pluma y lápiz se oponían porque el primero contenía los semas 'con tinta' y 'difícilmente borrable', ahora hay que descomponer el primer sema en dos: 'con tinta líquida' y 'con tinta fluida'.
- En un sintagma: los cambios se deben a la interrelación de los significados dentro de la oración. Cuando dos términos aparecen asociados regularmente en los mismos contextos, en algunos casos llega un momento en que, con enunciar solo uno de ellos, es suficiente para comunicar el contenido total. Por ejemplo, a partir del sintagma cigarro puro, la palabra puro ha pasado a significar 'un tipo de cigarro'.
b) CAUSAS HISTÓRICAS
Las causas históricas suelen darse en el ámbito científico-técnico y en los campos de las instituciones y las costumbres y tradiciones socioculturales. Pero no todo cambio cultural o histórico provoca un cambio léxico, ya que normalmente se mantiene la palabra aunque cambie el significado.
A veces el elemento designado por el vocablo se transforma totalmente y, sin embargo, continúa conservando el nombre original. Por ejemplo: poco tiene que ver una pluma estilográfica de hoy en día con la pluma de pájaro con la que se escribía en el pasado.
Cambio del significado de la palabra átomo: este término significa una cosa diferente a lo que significaba en la antigüedad, debido a los cambios de la física. Del latín atomus y este del griego átomon ('que no se puede cortar', 'indivisible'), esta voz fue acuñada por los filósofos griegos Demócrito y Epicuro con el significado de 'partícula indivisible''. En el siglo XIX, fue utilizada en el léxico de la química, de donde nace la acepción que tiene hoy en día.
C) CAUSAS SOCIALES
En ocasiones, los grupos sociales de una comunidad originan cambios semánticos, restringiendo o ampliando el significado de algunas palabras.
En este caso, en el cambio de significado de las palabras influye un factor muy importante: la emotividad y subjetividad de los hablantes, que siempre pertenecen a un grupo sociocultural en concreto.
- Afectividad: consiste en aplicar una palabra de connotación neutra o positiva en sentido peyorativo (o viceversa). Por motivos afectivos, se producen cambios lingüísticos. Ejemplos: mamá (positivo) vs. madre (negativo) o cabrón como saludo vulgar entre amigos (en sentido "positivo").
- Ennoblecimiento: una palabra de no mucha categoría pasa a significar algo de una categoría más elevada. La palabra se carga de un matiz positivo. Ejemplo: el pedagogo antiguamente era el criado de los niños, canciller o portero; ahora es la persona que estudia la metodología y las técnicas que se aplican a la enseñanza y la educación.
- Envilecimiento: se trata de un fenómeno contrario al ennoblecimiento; una palabra con connotación neutra o positiva se carga de un matiz peyorativo o negativo.
Envilecimiento de la palabra bárbaro: este término viene del griego barbaroi, usado por los griegos para designar a los extranjeros cuya habla sonaba a sus oídos como bar, bar, no porque fueran ignorantes, sino por una cuestión de sonido del lenguaje. Pero pronto se cargó de negatividad tanto por su origen onomatopéyico (imitación de un balbuceo incomprensible) como, más adelante, porque la etnología y antropología tradicionales denominaron bar-barie a un estadio de evolución cultural de las sociedades humanas intermedio entre salvajismo y civilización. Así, bárbaro paso de significar extranjero en general a salvaje, quien no pertenece a la civilización.
PALABRAS TABÚ Y EUFEMISMOS
A veces se evita el uso de una palabra porque se considera de mal gusto. Son las palabras tabú como cárcel, manicomio, retrete o ciego, que se sustituyen por otras más suaves o más aceptadas socialmente, es decir, por eufemismos como centro penitenciario, psiquiátrico, lavabo o invidente.
Así pues, las palabras tabú también son causantes de algunos cambios semánticos. La función principal de los eufemismos es la sustitución de ese término que posee unas connotaciones que se desean evitar.
Pero el eufemismo evita evocar el significante, no el referente. Por ello, los eufemismos sufren un rápido desgaste por su frecuente uso para designar esa misma realidad incómoda de referir o inconveniente para los hablantes. En consecuencia, al cabo del tiempo, los eufemismos terminan por cargarse de nuevo de las mismas connotaciones negativas que tienen las voces que se pretenden evitar y se convierten a su vez en palabras tabú.
Fuentes de los eufemismos:
- Temor: el lenguaje posee una función mágica: nombrar es invocar o atraer lo nombrado. De ahí que los eufemismos más generalizados recaigan sobre animales considerados peligrosos y sobre divinidades malignas. A menudo, este tipo de eufemismo obedece a razones de tipo supersticioso o religioso. Por ejemplo, en Andalucía se evita nombrar a la serpiente por su nombre y se prefiere utilizar la palabra bicha, por atribuirle a ese animal características maléficas.
- Decoro: los hablantes suelen evitar la alusión a términos relacionados con la excreción, el sexo y los órganos sexuales por considerarlos temas indecorosos. La decencia es un factor social que influye a la hora de evitar palabras consideras tabú por la realidad que representan. Cualquier hablante competente de una lengua sabe que hay ciertos términos cuyo uso es considerado de mal gusto o grosero, independientemente del contexto en que se empleen.
- Delicadeza: se trata de palabras que afectan a realidades sensibles o duras de la existencia humana como la enfermedad, la demencia, la vejez, la muerte, las deformaciones físicas o los trastornos psíquicos. El uso de eufemismos para evitar la designación directa de estas realidades está motivado por el respeto hacia el prójimo, que puede sentirse herido u ofendido ante expresiones crudas.
- Distracción: se trata de un eufemismo sociopolítico muy utilizado de forma estratégica en política o en el ámbito publicitario con la intención de enmascarar el referente, esto es, de ocultar su verdadera naturaleza o finalidad. Por ejemplo, en la esfera pública, en lugar de hablar de subida de precios se utiliza la expresión reajuste de precios para distraer a los ciudadanos y que no sean conscientes de que en realidad se trata de una subida de precios.
DISFEMISMOS
Como ya sabemos, las palabras o expresiones pueden usarse de forma despectiva, peyorativa o insultante para nombrar una realidad con intención de rebajarla de categoría. Este fenómeno lingüístico es lo contrario del eufemismo.
Los disfemismos denotan una realidad mucho más dura y desagradable que la que ya de por sí manifiesta el tabú lingüístico. Un ejemplo es estirar la pata en vez de morir. El eufemismo equivalente sería fallecer. Precisamente porque los eufemismos suelen tratar de sexo y muerte, los disfemismos también lo hacen. Incluso una misma expresión puede ser eufemística y disfemística a la vez, dependiendo del contexto. Los disfemismos también pueden usarse humorísticamente.
d) CAUSAS PSICOLÓGICAS
Las causas psicológicas del cambio semántico se deben a las asociaciones de ideas de los hablantes. Las semejanzas de significados más importantes son la metáfora y la metonimia.
- Metáfora: consiste en cambiar el significado literal o recto de una palabra por un sentido figurado.
- Metonimia: consiste en nombrar una cosa concreta con el nombre más general o porque hay otro tipo de relación entre las palabras.
LA METÁFORA
La metáfora es la traslación del sentido recto de una voz a otro figurado, en virtud de una comparación tácita, como en las perlas del rocío, la primavera de la vida o refrenar las pasiones. La metáfora es nuestro principal mecanismo para la comprensión de conceptos abstractos y, por ello, su función principal es cognitiva.
- El sentido recto o literal es aquel que va directo a la información que se desea dar, es decir, es el sentido exacto y propio de las palabras que expresa de forma directa el referente (realidad extralingüística a la que remite un signo).
- El sentido figurado es aquel que no corresponde al significado literal de una palabra o expresión, pero que está relacionado con él por una asociación de ideas.
Las metáforas son los procedimientos más regulares que dan lugar a cambios de significado y es una operación cognitiva que proyecta un dominio conceptual concreto sobre otro dominio abstracto. Se establece una transferencia entre un dominio conceptual de origen, normalmente conocido o familiar, y un dominio meta, más general, en virtud de una semejanza construida. Por ejemplo: Tu cabello es oro.
Habitualmente, es definida como la relación que se establece entre las cualidades de un término real (R) con las de un término imaginario (I) por considerarlas muy parecidas. Así pues, presenta dos términos: la cosa de la que estamos hablando (tenor) y aquello con que la comparamos (vehículo).
Si la proyección entre los dos dominios se hace habitual y sistemática, la metáfora pierde su fuerza y se lexicaliza (ej.: echar una mano).
Tipos de metáfora:
- Metáforas antropomórficas: el cuerpo humano y sus capacidades han proporcionado muchos términos que han sufrido cambios de significado basados en un uso metafórico. Por ejemplo: manecillas ('saetas de los relojes que señalan las unidades de medida') o corazón ('centro motor de un objeto o asunto'). Otros ejemplos son boca de un río, diente de ajo, pie de foto o pulmón de la ciudad.
- Metáforas animales: los animales proporcionan muchos términos que dan lugar a metáforas: grúa (procedente de grulla, significa 'máquina de levantar pesos') o toro ('máquina para elevar carga'). También se compara con algunos animales el carácter o la apariencia de los humanos, como por ejemplo ser un ganso.
- Metáforas sinestéticas: se basan en la sinestesia, que es la unión de dos imágenes o sensaciones procedentes de diferentes dominios sensoriales, como en noticia amarga, soledad sonora, voz cálida o verde chillón. Esta figura retórica atribuye una sensación (olfato, gusto, tacto, vista u oído) a un concepto al cual no le corresponde. Así, se produce una transposición de un sentido físico a otro.
- Metáforas abstractas: estas metáforas van de lo abstracto a lo concreto, es decir, traducen experiencias abstractas (una idea, un concepto o un pensamiento) en términos concretos y tangibles (una bombilla por ejemplo). Así surgen expresiones como hacer florecer una idea o encendérsele (a alguien) la bombilla.
LA METONIMIA
La metonimia también es un fenómeno cotidiano de naturaleza conceptual que consiste en designar algo con el nombre de otra cosa tomando el efecto por la causa o viceversa, el autor por sus obras, el signo por la cosa significada, etc.: p. ej., las canas por la vejez, leer a Virgilio por leer las obras de Virgilio, el laurel por la gloria, etc.
La metonimia aparece entre palabras ya relacionadas; no descubre asociaciones nuevas. Se basa en una asociación previa entre dos significados o dos referentes que se sienten como cercanos (relación de contigüidad). Es el resultado de la proyección entre dos categorías diferentes que forman parte del mismo dominio conceptual (a diferencia de la metáfora), proyección que puede ser convencional. Su función principal es la referencial y se clasifican según el tipo de vínculo.
Tipos de metonimia:
- El continente por el contenido: Bebió un vaso de agua (=el líquido, no el recipiente).
- El autor por la obra: Han robado un Picasso (=cuadro).
- El lugar por su producto: Tomó un buen Rioja (=vino).
- El producto por la marca: Quiero un Danone (=yogur).
- El instrumento por su artífice: La mejor pluma de la literatura española es Cervantes (=escritor).
Cuando la relación se da entre el todo y la parte (o viceversa), la operación cognitiva se denomina sinécdoque, esto es, una relación de inclusión (relación meronímica) y no de contigüidad.
Tipos de sinécdoque:
- La parte por el todo: Buscamos caras nuevas para el programa (=personas).
- El todo por la parte: El club recibió la copa (=los integrantes del club).
- El género por la especie: Hay que ganarse el pan (=sustento).
- La materia por el objeto: Han subastado el lienzo (=cuadro).
LA ELIPSIS
Las palabras que se encuentran a menudo juntas suelen tener una influencia semántica unas sobre otras. La elipsis supone una transferencia de significado por contigüidad de los significantes y tienen su fuente en una asociación de dos nombres cercanos o adyacentes.
En una frase hecha constituida por dos palabras que forman un todo semánticamente indivisible, una de ellas es omitida y su significado se transfiere a la otra. La economía del lenguaje empuja a la abreviación o supresión de algún elemento. Por ejemplo: un (café) cortado.
CONTAMINACIÓN FONÉTICA O ETIMOLOGÍA POPULAR
Algunos cambios semánticos se dan por una semejanza accidental entre dos términos por sus similitudes fónicas. A veces deformamos palabras cuya forma y significado nos son poco familiares, y esas deformaciones acaban consagrándose. Por etimología popular, se asocia una palabra con otra semejante con la que el hablante cree que tiene relación. La causa de estas deformaciones caprichosas es la ignorancia del significado original de algunas palabras.
Etimología de la palabra nigromancia: el término nigromancia es un préstamo (s. XIII) del griego nekromantéia ('adivinación mediante la invocación a los muertos'), compuesto de nekrós ('muerto') y mantéia ('adivinación'). Fue alterado por influjo del latín niger ('negro'), por relacionarse con la magia negra o diabólica. Al perderse la conciencia de su origen griego, el término necro ('muerto') se asoció con niger ('negro'), de ahí que se diga magia negra. De este modo, la relación fonética entre necromancia y negro establecida por los hablantes dio como resultado la palabra nigromancia. Erróneamente, a veces se adopta el término *negromancia.
3. NEOLOGISMOS Y PRÉSTAMOS LINGÜÍSTICOS
NEOLOGISMOS
Los neologismos son palabras que aparecen en una lengua para designar conceptos nuevos. Para la formación de neologismos, a menudo se recurre a prefijos y sufijos procedentes del griego y del latín (proceso de derivación), aunque también se crean mediante composición. Por ejemplo, la propia palabra neologismo está formada a partir del prefijo griego neo- ('nuevo') y el término griego logos ('palabra').
La exigencia de nuevos nombres o palabras que expresen nuevos objetos, ideas o conceptos provoca la creación de neologismos. Una palabra nace generalmente cuando surge una nueva realidad que exige ser nombrada, como es el caso de inventos y descubrimientos y nuevos fenómenos políticos, económicos o culturales.
Un término nuevo es un neologismo con respecto a la época en que surge; luego deja de serlo porque se lexicaliza. En el español, fueron en su momento neologismos palabras como guillotina, anestesia, autopsia, bolígrafo, telescopio, radar, tren, ovni, robot o, más recientemente, sororidad para referirse a la relación de solidaridad entre las mujeres, en especial en su lucha por la igualdad. Parte de los neologismos del español proviene de otras lenguas como el inglés o el francés.
Origen del neologismo COVID-19: Un ejemplo de un neologismo de reciente creación es la expresión COVID-19, que se creó debido a la enfermedad infecciosa causada por el nuevo coronavirus que surgió en China en 2019 y que se expandió mundialmente. La expresión viene del inglés coronavirus disease ('enfermedad del coronavirus') y se trata de un acrónimo (vocablo formado por la unión de elementos de dos o más palabras, constituido por el principio de la primera y el final de la última) para designar una nueva enfermedad convertida en pandemia.
PRÉSTAMOS LINGÜÍSTICOS
Otra forma de ampliar el repertorio léxico de una lengua es incorporando voces que proceden de otros idiomas. En este caso hablamos de prestamos lingüísticos, que son palabras o expresiones de un idioma que son adoptadas por otro idioma. Palabras actualmente tan comunes como fútbol o espaguetis son préstamos del inglés y del italiano respectivamente, aunque ahora ya se han normalizado dentro de nuestro léxico.
La coexistencia o influencia entre dos idiomas puede llevar a modificaciones en el léxico. En el caso del español, se han destacado las influencias del árabe en época medieval y del inglés en el último siglo y medio.
Tipos de préstamos lingüísticos:
En los préstamos lingüísticos se pueden distinguir cuatro tipos, según el grado de adaptación y necesidad de la palabra.
- Extranjerismos: son palabras originales de otras lenguas que se pronuncian en la lengua receptora con algunas adaptaciones fonéticas propias de esta. Con la introducción de la escritura, algunas palabras, más que adaptarse a la pronunciación original, se adaptan a cómo la ortografía original es leída en la lengua receptora; aunque, desde un punto de vista lingüístico, esa distinción no es relevante a la hora de clasificar un término como extranjerismo.
- Extranjerismos no adaptados: son palabras originarias de otra lenguas que no se han adaptado a la ortografía de la lengua receptora. En cuanto a su pronunciación, depende del conocimiento de la lengua de origen que tenga el hablante. Algunos ejemplos de extranjerismos no adaptados en español son hardware, boutique, pizza o parking.
- Extranjerismos adaptados: son extranjerismos que se han adaptado a las reglas de la lengua receptora. Algunos ejemplos de extranjerismos adaptados a la fonética del español son fútbol (del inglés football), güisqui (del inglés wiskhy), selfi (del inglés selfie), espray (del inglés spray) o cruasán (del francés croissant).
- Xenismos: son extranjerismos que conservan su grafía original y que normalmente hacen referencia a una realidad ajena a la lengua y a la comunidad receptora. No tienen un equivalente léxico. Algunos ejemplos en español son lord, samurái, burka, ayatola, talibán, yihad, sari o troika.
- Calcos semánticos: palabras de origen extranjero que se copian con el léxico de la propia lengua. Algunos ejemplos en español son jardín de infancia, que es un calco del alemán kindergarten; hora feliz, calco de happy hour o asesino en serie, calco de serial killer.
No obstante, la Real Academia Española desaconseja utilizar extranjerismos (adaptados o no) si ya poseemos una palabra en nuestra propia lengua para expresar esa misma realidad. Por ejemplo, si buscamos selfie, nos deriva a autofoto; en vez de parking, ofrece aparcamiento.
En el caso de los extranjerismos no adaptados que no tienen un equivalente léxico en nuestro idioma, la RAE los acepta, pero siempre aparecen en cursiva y se nos aconseja la voz adaptada a nuestra fonética.
BIBLIOGRAFÍA
CASAS GÓMEZ, Miguel (1986): La interdicción lingüística. Mecanismos del eufemismo y disfemismo. Cádiz: Servicio de Publicaciones de la Universidad e Cádiz.
COSERIU, EUGENIO (1977): Principios de semántica estructural. Madrid, Gredos.
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GUIRAUD, Pierre (1960): La semántica. México, D.F., Fondo de Cultura Económica.
MEILLET, Antoine (1926): "Cómo las palabras cambian de significado", en Lingüística histórica y lingüística general. París, Champion.
RAIMUNDO FERNÁNDEZ, Ángel; Salvador HERVÁS y Valerio BAÉZ (1977): Introducción a la semántica. Madrid, Cátedra.
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Diccionario de la lengua española. 23.ª ed., [versión en línea]. https://dle.rae.es/
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Diccionario panhispánico de dudas [versión en línea]. https://www.rae.es/dpd/
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ULLMAN, Stephen (1965): Semántica. Introducción a la ciencia del significado. Madrid, Aguilar.
VV. AA. (2021): Ámbito lingüístico y social. 1.º ESO, de Geografía e historia, Castellano y Valenciano para primer curso de ESO. Alzira: Algar Editorial.
Por último, no puedo más que recomendar a mis queridas @lasdelengua, que tienen una publicación sobre el cambio semántico que os recomiendo si queréis ampliar o contrastar información:
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